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Elecciones en Colombia: Gustavo Petro hace historia con su triunfo presidencial

El exrebelde y senador de larga trayectoria ganó el domingo la segunda vuelta frente a Rodolfo Hernández, movilizando a los votantes frustrados por décadas de pobreza y desigualdad con gobiernos conservadores.

The New York Times/Marca Registrada Noticias

 

Colombia tendrá un presidente de izquierda por primera vez.

Gustavo Petro, un exrebelde y senador veterano que ha prometido transformar el sistema económico del país, ganó las elecciones del domingo, según los resultados preliminares, poniendo al tercer país más poblado de América Latina en un camino radicalmente nuevo.

Petro recibió más del 50 por ciento de los votos, con más del 99 por ciento de las mesas informadas. Su oponente, Rodolfo Hernández, un magnate de la construcción convertido en estrella de las redes sociales que había entusiasmado al país con una plataforma que proponía arrasar con la corrupción, obtuvo alrededor del 47 por ciento.

Poco después de la votación, Hernández concedió la victoria a Petro.

“Colombianos, hoy la mayoría de ciudadanos que votaron, lo han hecho escogiendo al otro candidato”, dijo a sus simpatizantes en Bucaramanga. “Como lo expresé reiteradamente, acepto el resultado”.

Un poco más del 58 por ciento de los 39 millones de votantes de Colombia acudieron a votar, según cifras oficiales.

La victoria de Petro refleja el descontento generalizado en Colombia, un país de 50 millones de habitantes, frente a un aumento de la pobreza y la desigualdad y una amplia insatisfacción por la falta de oportunidades, cuestiones que llevaron a cientos de miles de personas a manifestarse en las calles el año pasado.

“El país entero está pidiendo un cambio”, dijo Fernando Posada, politólogo colombiano, “y eso es clarísimo”.

La victoria es aún más significativa debido a la historia del país. Durante décadas, el gobierno luchó contra la brutal insurgencia izquierdista conocida como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o FARC, y el estigma del conflicto dificultó el florecimiento de una izquierda legítima.

Pero las FARC firmaron un acuerdo de paz con el gobierno en 2016, dejando las armas y abriendo espacio para un discurso político más amplio.

Petro había formado parte de otro grupo rebelde, el M-19, que se desmovilizó en 1990 y se convirtió en un partido político que ayudó a reescribir la Constitución del país.

En la primera vuelta de las elecciones, el 29 de mayo, tanto Petro como Hernández se impusieron frente a Federico Gutiérrez, exalcalde de una gran ciudad al que respaldaba la élite conservadora, lo que los llevó a una segunda vuelta.

Ambos se habían presentado como candidatos ajenos a la élite gobernante, diciendo que se enfrentaban contra una clase política que ha controlado el país durante generaciones.

Uno de los factores que más los distingue es su visión de la raíz de los problemas del país.

Petro considera que el sistema económico está roto, al depender excesivamente de la exportación de petróleo y del floreciente e ilegal negocio de la cocaína que, según él, ha hecho a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Ha pedido que se detengan todas las nuevas exploraciones petroleras, que se pase a desarrollar otras industrias y que se amplíen los programas sociales, al tiempo que se impongan mayores impuestos a los ricos.

“Hoy lo que tenemos es un resultado de esto que yo llamo el agotamiento del modelo”, dijo Petro sobre el sistema económico actual en una entrevista, “el resultado final es un empobrecimiento brutal”.

Sin embargo, su ambicioso plan económico ha suscitado inquietudes. Un exministro de Hacienda calificó su plan energético de “suicidio económico”.

Petro tomará posesión de su cargo en agosto, y se enfrentará a problemas acuciantes con repercusión mundial: la falta de oportunidades y el aumento de la violencia, que han llevado a un número récord de colombianos a emigrar a Estados Unidos en los últimos meses; los elevados niveles de deforestación en la Amazonía colombiana, una barrera crítica contra el cambio climático; y las crecientes amenazas a la democracia, que forman parte de una tendencia en toda la región.

Se enfrentará a una sociedad profundamente polarizada en la que, según las encuestas, encuestas, prevalece una creciente desconfianza hacia casi todas las instituciones importantes.

La llegada de Petro a la presidencia también podría modificar la relación de Colombia con Estados Unidos.

Durante décadas, Colombia ha sido el aliado más fuerte de Washington en América Latina, piedra angular de su política de seguridad en la región. A lo largo de su campaña, Petro prometió reevaluar esa relación, incluidas las colaboraciones cruciales en materia de drogas, Venezuela y comercio.

En la entrevista, Petro dijo que su relación con Estados Unidos se centraría en el trabajo conjunto para hacer frente al cambio climático, concretamente para detener la rápida erosión en la Amazonía.

“Ahí hay un punto de diálogo”, dijo. “Porque salvar la selva amazónica implica unos instrumentos, unos programas, que hoy no existen por lo menos con respecto a Estados Unidos”.

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