Israel mata a Yahia Sinwar, el líder de Hamas, arquitecto y ejecutor del ataque terrorista más letal de su historia
La muerte del líder de Hamas ha sido resultado de un enfrentamiento entre soldados israelíes y milicianos en la Franja. El primer ministro israelí anuncia que "la guerra aún no ha terminado", pero que "Hamas ya no gobernará Gaza"
EL MUNDO | Veracruz Noticias
377 días después de lanzar el ataque más sangriento en la historia de Israel, el líder de Hamas, Yahia Sinwar, ha muerto por fuego israelí en el sur de la Franja de Gaza. Se trata del mayor punto de inflexión no solo en la guerra en el enclave palestino sino en la escalada regional que intentó -y en parte logró- desatar.
«Sinwar fue eliminado después de esconderse durante el último año detrás de la población civil de Gaza, tanto sobre la superficie como bajo tierra en los túneles de Hamas en la Franja de Gaza», ha anunciado el ejército israelí poco antes de las ocho de la tarde en el comunicado más esperado por los israelíes, que añadía: «Sinwar planeó y ejecutó la Masacre del 7 de Octubre, promovió su ideología asesina antes y durante la guerra y fue responsable del asesinato y secuestro de muchos israelíes».
Su muerte, no confirmada aún de forma oficial por Hamas, ha sido resultado de un encuentro accidental entre soldados israelíes y milicianos y no de una operación selectiva en base a información de los servicios de Inteligencia dedicados desde hace un año y 10 días a localizar al terrorista más buscado. Su desaparición puede tener una enorme influencia tanto en la negociación de tregua y la liberación de los secuestrados, como en otros frentes abiertos en un escenario regional que en las últimas semanas tenía su epicentro en la guerra entre Israel y la milicia libanesa Hizbulá.
Tanto el líder de Hamas, que lanzó el ataque del 7-0 del 2023, como el líder de Hizbulá, Hasan Nasrala, que al día siguiente inició lo que llamó frente de apoyo y desgaste, han muerto en ataques israelíes de distinta índole en menos de un mes. Todo ello hace que muchos dentro y fuera de Israel crean que es el momento de que el gabinete de Benjamin Netanyahu avance hacia un acuerdo de tregua tras lograr su «imagen de victoria». Es el ruego sobre todo las familias de los 101 secuestrados aún en cautiverio de un grupo descabezado y sin su temido líder en los últimos siete años y otros cabecillas.
Según el comunicado de la oficina del primer ministro tras la llamada telefónica del presidente estadounidense Joe Biden realizada esta noche para felicitarle por el ataque contra Sinwar, se lee que «los dos líderes están de acuerdo que hay una oportunidad para promover la liberación de secuestrados y que trabajarán juntos para lograr este objetivo».
«A los terroristas de Hamas, les digo: vuestros líderes huyen y serán alcanzados. Pido a todos los que retienen a nuestros secuestrados: quien entregue su armas y devuelva a nuestros secuestrados, les permitiremos salir y vivir», afirmó Netanyahu en una intervención especial en la que anunció: «El asesino en masa que asesinó a miles de israelíes y secuestró a cientos de nuestros ciudadanos fue eliminado hoy por nuestros heroicos soldados. Y hoy, como prometimos, salimos a rendir cuentas con él.»
Para Netanyahu, «la guerra aún no ha terminado», pero sí hay una nueva situación en la Franja. «Me gustaría decirlo de nuevo, de la manera más clara: Hamas ya no gobernará Gaza. Este es el comienzo del día después de Hamas y esta es una oportunidad para que vosotros, los residentes de Gaza, finalmente se liberen de su tiranía».
La jornada del jueves-festiva en Israel (Sukot) avanzaba marcada por los ataques aéreos en el Líbano y la Franja de Gaza, la operación terrestre en el sur del Líbano, el ataque de dos bombarderos B-2 estadounidenses contra cinco almacenes subterráneos de armas de los hutíes en Yemen y el lanzamiento de proyectiles contra el norte de Israel.
Todo ello quedó relegado a un segundo plano a primera hora de la tarde. Ante la rápida circulación de rumores y fotos de un cadáver entre ruinas muy parecido a Sinwar, el ejército y el servicio de seguridad interno (Shabak) difundieron un comunicado: «En una operación en la Franja de Gaza, tres terroristas fueron eliminados. Estamos comprobando la posibilidad de que uno de los terroristas fuera Yahya Sinwar. En este momento, no se puede confirmar la identidad de los terroristas».
Al anochecer, llegó la confirmación. 24 horas antes, integrantes de la Brigada 828 vieron a tres milicianos que entraron en un pequeño edificio abandonado en la zona de Rafah en el sur de la Franja de Gaza. Entonces, los soldados que no pertenecían a ninguna unidad de élite no podían imaginar que entre los cuerpos hallados se encontraba el que, según muchos, es el principal causante del peor año en la historia de Israel (1.700 muertos, escalada en siete frentes, aislamiento internacional, etc) a raíz del ataque más grave contra el pueblo judío desde el Holocausto. Más allá del parecido físico, otro dato que consolidaba la esperanza israelí era el hallazgo del cadáver de un responsable del brazo armado en Jan Yunis que estuvo muchos meses con él bajo el asedio militar.
Las autoridades israelíes comunicaron a las familias de los secuestrados que no encontraron señales de los suyos en la zona ya que la creencia era que Sinwar se había rodeado por algunos rehenes en el ataque terrorista. Según fuentes de seguridad consultadas por EL MUNDO, es muy posible que los secuestrados obligados a ser su «escudo defensivo» eran los seis que acabaron siendo asesinados por los captores y cuyos cadáveres fueron hallados en un túnel de Rafah el pasado 1 de septiembre.
«Sinwar es un muerto viviente», comentó recientemente un oficial israelí a EL MUNDO en alusión al enemigo número 1 de su país tras ser el arquitecto y ejecutor de la infiltración en decenas de localidades, varias bases y un festival de música que causó 1.200 muertos, 250 secuestrados y un país roto en mil pedazos. El ataque empezó a las 06.29 del sábado 7-O del 2023. A las 08.00 de la mañana e inmerso en el mayor fracaso de su historia, el ejército israelí elevó la alerta al nivel de guerra dando inicio a una ofensiva sin precedentes en la Franja de Gaza con más de 42.000 muertos según el Ministerio de Sanidad bajo control de Hamas.
«El hombre que trajo el desastre y la muerte a la Franja de Gaza, el hombre que os hizo sufrir como consecuencia de sus acciones asesinas, ha llegado su fin», declaró el ministro de Defensa, Yoav Gallant, tras un golpe mortal al movimiento islamista que perdió más de 17.000 efectivos armados, según Israel, y la inmensa mayoría de sus 24 batallones como resultado de masivos ataques terrestres y aéreos en el enclave palestino que asimismo provocaron la condena internacional.
Tras matar al jefe del brazo armado, Mohamed Deif, y su número 2 , Marwan Issa, y a dos influyentes líderes de Hamas en el extranjero, Ismail Haniyah (Teherán) y Saleh Al Arouri (Beirut), Israel alcanza al objetivo que encabezaba la lista. Del íntimo círculo de Sinwar, solo queda su hermano y cabecilla del brazo armado Mohamed.
Como tras el asesinato de otros líderes de Hamas o Hizbulá, Sinwar tendrá también un sustituto. Pero a diferencia del resto, su desaparición puede tener una influencia colosal ya que era el que tenía la última palabra tanto en la guerra como en la negociación. El Gobierno israelí y EEUU le acusaban de ser el principal obstáculo de la tregua y la liberación de rehenes. Hamas, por su parte, responsabiliza a Netanyahu de torpedear los esfuerzos de la mediación para así no poner en peligro la continuidad de su coalición de Gobierno.
Nacido en el campo de refugiados de Jan Yunis en 1962, Sinwar «destacó» en sus inicios en las filas de Hamas en un organismo de seguridad dedicado a cazar colaboracionistas con Israel y aquellos palestinos que consideraba se desviaban de las estrictas normas de la Sharia. 23 años después de detenerle por asesinar a varios gazatíes sospechosos de colaboracionistas, Israel le puso en libertad en 2011 junto a otros 1.027 presos a cambio del soldado Gilad Shalit secuestrado en 2006. Su apodo «el carnicero de Jan Yunis» fue confirmado en el festival de música Nova y numerosos kibutzim en el sur de Israel en un ataque que planeó, según las actas de las reuniones secretas reveladas recientemente por el New York Times, logrando engañar a Israel de que quería calma en la Franja de Gaza y que estaba disuadido.
Tras el 7-O, se convirtió en un símbolo: para los israelíes, era la personificación del mal mientras para sus seguidores en toda la región, el líder árabe y musulmán que humilló a su gran y poderoso enemigo. Debido a ello, en Israel hay quien teme que algunos deseen vengarse matando a secuestrados. De los 101 aún en manos de Hamas, se cree que al menos la mitad de ellos están muertos.
La muerte de Sinwar coincide con la tensa espera en la región de la represalia israelí al ataque de misiles balísticos de Irán del pasado 1 de octubre. Oriente Próximo no estaría en semejante convulsión histórica sin la iniciativa del conocido líder yihadista de Jan Yunis (con un discurso más cercano a Daesh) y que vio en el 7-0 el inicio de la cuenta atrás del Estado de Israel. Seguramente también sabía que era también su propia cuenta atrás ya que desde entonces Israel prometió su muerte tarde o temprano, en Gaza o en cualquier parte del mundo.