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LA INFANCIA A TRAVÉS DE LA PANTALLA, A UN AÑO DE LAS CLASES EN LÍNEA

Rodolfo Segovia/Marca Registrada

En respuesta a la pandemia por el virus SARS-CoV-2, los gobiernos de todo el mundo tomaron una enorme cantidad de medidas de confinamiento y control sanitario, México no fue la excepción.

En la República Mexicana parte de las medidas tomadas por el gobierno buscando contener a la población para evitar el incremento de contagios fue el de suspender las clases presenciales en el sector educativo, desde el nivel más básico hasta el superior.

Al principio de la pandemia en marzo de 2020, todo apuntaba a un pronto regreso a clases, pero conforme fue avanzando el tiempo se confirmó lo que se sospechaba, no habría un retorno a las aulas de forma presencial, por lo cual la Secretaria de Educación Pública (SEP), tomó la decisión que el 20 de abril se reanudarían las clases de forma virtual.

Ya ha pasado prácticamente un año desde que se tomó está esta decisión y las clases se han mantenido todo este tiempo a través de un monitor.

Aunque estas medidas de contención fueron clave para que el brote no afectara a los menores, existe cierta preocupación respecto a los efectos negativos que pueda tener en la salud física y mental de los niños.

IMPACTO EN LA CONDUCTA Y SOCIALIZACIÓN

El portal psicologiaymente.com encontramos una serie de inconvenientes causados por esta medida.

1. Una barrera a la hora de socializar

Todos los seres humanos en general tendemos a necesitar tener momentos de socialización; y en el caso de los más jóvenes de la casa, esto es incluso más importante, porque el juego es su manera “por defecto” de interactuar con el entorno y con los demás.

Además, en el caso de los adolescentes la posibilidad de interactuar en grupos de amigos de manera habitual es importante para el desarrollo de su identidad, dado que su comportamiento está muy mediado por el sentimiento de pertenencia a grupos y por referentes de su edad, y en algunos casos, un poco mayores que ellos, pero siempre al margen del mundo de los adultos.

El hecho de no salir de casa supone asumir limitaciones en este aspecto. Y no hay que olvidar que la hora del patio y los descansos entre asignaturas son tan parte del proceso educativo como las sesiones lectivas.

2. Un contexto que no previene la aparición de distractores

Como alumnos, algo tan sencillo como estar en clase aporta incentivos para no estar cerca de elementos que nos puedan distraer.

Esto es algo que se da en mayor o menor medida en todas las edades; estar a la vista del profesor o profesora disuade a los alumnos de evadirse totalmente y navegar por las páginas de sus redes sociales desde el móvil, por ejemplo.

En las sesiones online, es más difícil auto-obligarse a prestar atención, dado que cada alumno puede hacer prácticamente lo que quiera mientras el docente imparte la lección.

3. Las clases online pueden desmotivar a los alumnos al no poder participar como antes

Desde luego, nada obliga a que las clases online sean sesiones en las que el docente habla y los alumnos callan.

Pero sí que es cierto que el cambio de modalidad puede “desubicar” a algunos alumnos y hacer que no se sientan tan partícipes de lo que ocurre y lo que se dice durante las lecciones, produciéndose una desconexión emocional.

Técnicamente los contenidos no cambian mucho, pero la sensación de “ir a la escuela” ya no es la misma ni resulta familiar.

Como consecuencia de esto, algunas personas pueden desprenderse de dinámicas de aprendizaje que habían adoptado y que resultaban beneficiosas.

Por citar un ejemplo, un alumno que solía consultar sus dudas con el profesor dado el cambio de escenario, esto ya no será tan sencillo, ya que ahora tendrá que contactar con el tutor por otras vías, lo que puede hacer que se desmotive y por desidia desista de plantear sus preguntas.

Evidentemente, en la modalidad online también puede preguntar, levantando la mano, pero el cambio puede que le sea algo desconcertante, y posiblemente, motive que no haga su consulta.

COMPRENSIÓN, LA CLAVE

Debido a lo común que se ha vuelto en el mundo el sufrir de estas afectaciones, la Asociación Española de Pediatría publicó la carta científica “Impacto psicológico del confinamiento en la población infantil y como mitigar sus efectos: revisión rápida de la evidencia” en la cual destacó la realización de una revisión rápida sobre el impacto psicológico de la cuarentena en niños y adolescentes, siguiendo recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y además añadió una serie de medidas generales para mitigar el impacto psicológico negativo de la cuarentena en niños y adolescentes, las cuales son las siguientes:

•          Explicar a los niños lo que ha sucedido y el propósito de estar confinado en su hogar de manera apropiada para su edad.

•          Brindar información clara sobre cómo reducir el riesgo de adquirir la enfermedad en palabras que puedan entender según su edad.

•          Los niños de todas las edades y los adolescentes se benefician de las actividades estructuradas y de la rutina.

•          Se debe permitir y tolerar el uso de Internet, la televisión y la radio, pero se debe evitar tener la TV siempre encendida y monitorizar el uso de las redes sociales para la difusión de mensajes y publicaciones imprecisos y dramáticos. Se debería considerar reducir la cantidad de tiempo de pantalla enfocado en el evento, para reducir la posible confusión, preocupación y miedo.

•          Se debe promover el contacto virtual con familiares, compañeros de clase, amigos y maestros a través de Internet y el teléfono para disminuir los sentimientos angustiosos de aislamiento y frustración.

•          Las escuelas tienen un papel fundamental, no solo en la entrega de materiales educativos a los niños, sino en la oportunidad de que los estudiantes interactúen con los maestros y obtengan asesoramiento psicológico.

•          Se deben fomentar hábitos de sana alimentación en el hogar.

•          Se deben mantener horarios de descanso para que los niños puedan recuperar en su sueño lo necesario.

•          Es importante fomentar la salud física con activaciones en el hogar.

El Covid-19 se ha convertido en el enemigo número uno de la humanidad contra el que se sigue combatiendo para superar esta pandemia, sin embargo, ha enseñado a darle la importancia necesaria a los correctos hábitos de higiene y salud, pero ahora con este nuevo reto de procurar la salud mental de los infantes.

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